
A finales de los años 80, los cárteles de Cali, Medellín y Bogotá descubrieron la capacidad de los clanes gallegos de la provincia de Pontevedra para introducir una droga que aún no estaba muy arraigada en Europa, la cocaína.
A finales de los años 80, los cárteles de Cali, Medellín y Bogotá descubrieron la capacidad de los clanes gallegos de la provincia de Pontevedra para introducir una droga que aún no estaba muy arraigada en Europa, la cocaína.