Pocos países en América del Sur se jactan de tener tal contraste y variedad. Diversos hábitats como la estepa sombría de la Patagonia, los nevados andinos, las vastas salinas, la exuberante selva tropical alrededor de las Cataratas del Iguazú, las pantanosas marismas de Ibera y las praderas de la Pampa sustentan una asombrosa variedad de vida silvestre, desde pingüinos, ballenas y focas hasta cóndores, armadillos y guanacos.