En la era de Twitter, Facebook y YouTube no resulta raro que muchos de los episodios más torpes de los internautas se conviertan en auténticos fenómenos globales. Muy lejos de poseer la gracia de un gimnasta olímpico o la destreza de un experimentado participante de los X Games, muchos de estos temerarios se dedican a probar suerte con peligrosos trucos que graban y después comparten en internet en busca de fama.