Tras la llegada del cuerpo del presidente Kennedy a Washington, una afligida Jackie Kennedy encabeza la marcha fúnebre ante la mirada de todo el país. Mientras tanto, en Dallas, el mundo vuelve a conmocionarse cuando su asesino, Lee Harvey Oswald, es abatido a tiros mientras aún se encuentra bajo custodia policial. Con Oswald muerto, no habrá ajuste de cuentas para América.
