Septiembre de 1950. En los alrededores de Incheon, a 50 kilómetros de Seúl, el general MacArthur ha obtenido la victoria. El desembarco que había planeado para rescatar a sus hombres atrapados en Pusan ha sido un éxito. Pero la guerra aún no ha acabado. En el norte, los estadounidenses deberán enfrentarse a un enemigo inesperado. Al otro lado del helado río Yalu, Mao, oculto como siembre, ha posicionado a 300.000 de sus hombres. El día de Acción de Gracias, los chinos y los norcoreanos atacan al ejército estadounidense, cuya única opción es emprender la retirada. Enfrentado a la derrota de su ejército y a la intervención de China, Truman sopesa la posibilidad de utilizar la bomba atómica. Más hacia el sur, en Indochina, los franceses también están sufriendo reveses.
