
Puede que James Clayton no dé el perfil del agente tradicional, pero no hay duda de que es uno de los alumnos más aventajados del país, y la persona que Walter Burke quiere en la Agencia. Para él, trabajar en la CIA es una interesante alternativa con la que escapar de la rutina diaria. Pero antes de convertirse en oficial de operaciones, tendrá que superar el entrenamiento secreto donde los novatos adquieren aquellos conocimientos necesarios para convertirse en veteranos experimentados. Burke le va mostrando los entresijos y las normas del juego y James asciende rápidamente mientras se enamora de Layla, una de sus compañeras. A medida que gana confianza dentro de la institución, James comienza a cuestionarse su papel en la Agencia y la relación con su instructor, que le asigna como misión especial desenmascarar a un topo infiltrado. En poco tiempo descubrirá que las viejas máximas de la CIA son pura realidad: 'No confíes en nadie' y 'Nada es lo que parece'.