El salto de esquí es un espectacular deporte invernal en el que los atletas se lanzan por un trampolín para volar lo más lejos posible, cuidando la técnica, el control y el aterrizaje para lograr la mejor puntuación. Nacido en Noruega a finales del siglo XIX, se extendió por Europa y Norteamérica durante el siglo XX y forma, junto con el esquí de fondo, el núcleo del esquí nórdico. Además, da origen a la combinada nórdica, que une ambas disciplinas en una competición olímpica.
