
Mia y tres amigas van a bucear en secreto a la cueva submarina de Yucatán donde trabaja su padre. Allí, mientras recorren las ruinas de un templo, las chicas se topan con un gran tiburón blanco, uno de los depredadores más peligrosos del reino animal. Con sólo oxígeno para una hora más, deben intentar controlar el pánico y encontrar una salida del laberinto de piedra antes de que sea demasiado tarde.