
Siendo el 221 antes de Cristo, Qin Shihuang, primer Emperador de China, comenzó a edificar una tumba pese a pretender ser inmortal. Para asegurar el más absoluto secreto, todos los que trabajaron en el proyecto fueron enterrados en vida.
Siendo el 221 antes de Cristo, Qin Shihuang, primer Emperador de China, comenzó a edificar una tumba pese a pretender ser inmortal. Para asegurar el más absoluto secreto, todos los que trabajaron en el proyecto fueron enterrados en vida.