
Tras la no clasificación de España para la fase final de la Eurocopa de 1992, Javier Clemente es nombrado seleccionador nacional. Proveniente de éxitos con Athletic de Bilbao y Espanyol, su enfoque físico y aguerrido contrasta con el juego preciosista de Cruyff en el Barça. Tras una tensa victoria sobre Dinamarca, España llega al Mundial de 1994 en Estados Unidos, siendo considerada una favorita inusual para el título.