Nueve veces campeón de Europa con cinco equipos distintos. Su pasión, intensidad y vehemencia llevan marcando el baloncesto europeo más de treinta años. Zeljko Obradovic fue campeón del mundo como jugador con una legendaria selección yugoslava antes de dar un temprano salto a los banquillos. Fue en 1991, con el Partizán de Belgrado, el equipo de su vida. Su primera temporada ya fue campeón de Europa. Joventut, Real Madrid, Treviso, Panathinaikos y Fenerbahçe le vieron triunfar después. Por el camino ha marcado la vida y la carrera de cientos de jugadores. Muchos le llaman maestro. Obradovic ha vuelto a casa, al Partizan. Donde le adoran. Tal vez para cerrar el círculo. Pero también para seguir siendo una de las principales referencias del baloncesto europeo de todos los tiempos.