
Es la gran voz del fado: en 1978, Amalia Rodrigues ofreció un concierto absolutamente excepcional para la televisión suiza. Rodeada de sus legendarios cómplices, interpretó las más bellas melodías portuguesas. Un viaje hipnótico.
Es la gran voz del fado: en 1978, Amalia Rodrigues ofreció un concierto absolutamente excepcional para la televisión suiza. Rodeada de sus legendarios cómplices, interpretó las más bellas melodías portuguesas. Un viaje hipnótico.