El asesino, aprovechando la confusión de la Bajada, consigue hacerse con los diamantes. Aunque ha de enfrentarse a un nuevo obstáculo: el contrabandista al que Fran había acudido lo ha estado siguiendo y quiere para él los diamantes. En paralelo, Candela y Díaz repasan juntos la investigación y dan con la clave para identificar al asesino. Lo localizan cuando ya está abandonando la isla. Lo tienen atrapado. Pero no está dispuesto a rendirse.