Una pitonisa ambulante le echa mal de ojo a Emilio y las desgracias se suceden en la comunidad de vecinos: la caldera se rompe, el ascensor se estropea, Belén cree estar embarazada, y Alicia -que por fin ha conseguido su primer papel con frase en una película-, se cae por la escalera. Todos están convencidos de que Emilio es gafe, y para solucionarlo, Juan Cuesta celebra una junta de vecinos extraordinaria donde acuerdan una derrama para curar el mal de ojo. Roberto intenta sin éxito vender sus caricaturas a los vecinos y Lucía, a sugerencia de Alicia, le ofrece el restaurante para que exponga allí sus dibujos. Bea ya no soporta más el lío en que Mauri y su amante Diego le han metido al decirle a la mujer de Diego que era ella la que estaba enrollada con su marido, y amenaza a Mauri con decir la verdad si ellos no lo hacen antes.