Iolaus pensó que estaba ayudando a un amigo en apuros cuando defendió a Autólicus de cinco atacantes, pero Autólicus se dio a la fuga, dejando a Iolaus con la caja de joyas robadas del tesoro del rey Menelao. Cuando Hércules se enteró de que Iolaus había sido arrestado y condenado a muerte, trabajó con Dirce, la hija del rey y abogada de Iolaus, para limpiar el nombre de su amigo. Finalmente, Hércules alcanzó a Autólico, el "Rey de los Ladrones", en un castillo abandonado, donde lucharon entre sí y se enfrentaron a muchos otros peligros. Al final, Hércules salvó a Iolaus de la ejecución.