A principios de los 30, en Sidney, la jerarquía eclesiástica se escandaliza ante un grabado del célebre y libertino pintor Norman Lindsay, que muestra a una voluptuosa mujer en inequívoca postura sobre una cruz.
A principios de los 30, en Sidney, la jerarquía eclesiástica se escandaliza ante un grabado del célebre y libertino pintor Norman Lindsay, que muestra a una voluptuosa mujer en inequívoca postura sobre una cruz.