Laurie Cunningham, el fichaje más caro del Real Madrid a finales de los 70, fue un jugador excepcional con un talento único y unas condiciones físicas extraordinarias. Criado en Londres en una familia de inmigrantes jamaicanos, fue uno de los primeros futbolistas negros en destacar en Inglaterra, enfrentándose al racismo con dignidad. Su carrera se vio truncada tras una lesión en el pie, pero dejó una huella imborrable en equipos como el Rayo Vallecano. Amante de la moda y el baile, su vida terminó trágicamente en un accidente de tráfico hace 35 años, dejando un legado que trasciende el fútbol.