
Mark Thackeray (Sidney Poitier), un ingeniero de color, sin trabajo, acepta un empleo como maestro de un curso de estudiantes especialmente rebeldes, en un colegio de los suburbios de Londres. Sus alumnos son un grupo de jóvenes desordenados, insolentes y groseros, faltos de educación, pero en el fondo, con buenos sentimientos. Al principio hacen gala de su rebeldía e impertinencia, ya que para ellos el respeto al prójimo no tiene el menor valor. Thackeray intenta ganárselos utilizando los métodos tradicionales, pero pronto se da cuenta que debe cambiar de estrategia si quiere salir con éxito de la empresa. Deja a un lado los libros y las imposiciones y empieza a instruirles con los ejemplos prácticos de la vida, infundiéndoles, a base de sus propias luchas y sacrificios, en el sentido de la responsabilidad y un punto de vista muy optimista hacia el futuro.