
Después de un año y medio de matrimonio, Ricardo y Carmen han entrado en crisis. Mientras ella se aburre, el marido se divierte con algún flirteo ocasional. Carmen es hija de la doctora Luisa Fuentes, una mujer enérgica que decide intervenir para resolver el problema entre los dos cónyuges. Habla con Ricardo y se inventa que Carmen padece una enfermedad incurable. El descubrimiento de esta tragedia despierta la conciencia del marido, que trata de hacer agradable la vida de su delicada mujer, instalándole, incluso, una boutique. La tienda desata una nueva reacción en los protagonistas. Por un lado, Carmen empieza a interesarse por Carlos, el decorador, que llega incluso a convencerla de que los dos están enamorados. Paralelamente, Ricardo encuentra en la juventud y belleza de Piti, la dependienta, un atractivo futuro para cuando fallezca su mujer.