En 2013, Greenpeace navegó hacia el Ártico para protestar pacíficamente contra las perforaciones petrolíferas rusas en alta mar, pero la dura respuesta del Kremlin fue mucho más de lo que esperaban.
En 2013, Greenpeace navegó hacia el Ártico para protestar pacíficamente contra las perforaciones petrolíferas rusas en alta mar, pero la dura respuesta del Kremlin fue mucho más de lo que esperaban.