Un furgón de seis antidisturbios es enviado a realizar un desahucio en el centro de Madrid. Normalmente acuden dos o tres equipos, pero es agosto, hay pocos efectivos y deben ir solos. El desahucio es difícil y duro, pero justo cuando creen que todo está controlado, el más violento y joven de los seis toma una mala decisión que hace que todo estalle y un inmigrante senegalés cae de una altura de dos pisos, muriendo a las pocas horas. Los seis policías creen que son inocentes y que sus jefes los van a apoyar, pero en la otra punta de la ciudad, un equipo de Asuntos Internos empieza una investigación. La agente Laia Urquijo, la única mujer del equipo, intuye que está ante un caso importante y se va a dejar la piel en él.