Un equipo infantil femenino entrena al fútbol en un campo de Wilmington, Delaware, mientras la entrenadora Marilyn Copeland (Tracey Needham) discute con su hija Billie Copeland (Katie Cecil) de 11 años que quiere irse a pasar el fin de semana con su padre William Copeland (Dwier Brown) y así hacer lo que quiera y huir de la disciplina en la que su intenta educarla. Como no puede entrenarse con sus compañeras debido a una lesión en uno de sus brazos Marilyn la hace correr un poco alrededor del campo por el parque pero la desgracia acecha a Billie y un hombre que finge haber perdido un perro logra retenerla y llevársela en un coche sobre las cuatro y media de la tarde. El equipo de Gideon recibe la información del caso pasadas 20 horas del secuestro y el tiempo corre en su contra ya que en el caso de secuestro de niños de esa edad casi la totalidad está muertos al cabo de 24 horas según las estadísticas. Los padres de la pequeña están separados recientemente y muestran fuertes discrepancias entre ellos. Los agentes rastrean la zona y, con la ayuda de los testimonios de algunos niños que presenciaron la escena, establecen el perfil del secuestrador: un hombre que tiene facilidad para entenderse con los chicos, en apariencia inofensivo y que conduce un todoterreno verde